Miles de migrantes en la frontera norte de México soportan temperaturas bajo cero mientras esperan una oportunidad para cruzar a Estados Unidos. En Ciudad Juárez, Chihuahua, los termómetros alcanzaron los -3 °C durante la segunda tormenta invernal, dejando a las personas expuestas al frío extremo y en condiciones precarias.
Jorge Peñalver, un migrante venezolano de 28 años, compartió que debe usar hasta cuatro capas de ropa para soportar las bajas temperaturas: “Nos ponemos tres o cuatro chaquetas, tapabocas, cubreoídos y sudaderas para poder andar así”.
Organizaciones como Ángeles Mensajeros y otras agrupaciones locales han brindado apoyo con ropa, comida y bebidas calientes, gracias a la solidaridad de los habitantes de Ciudad Juárez. Sin embargo, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advierte que las temperaturas podrían descender aún más, llegando hasta los -15 °C en zonas montañosas de Chihuahua y Durango.
El frío no es el único desafío para los migrantes, quienes también enfrentan incertidumbre frente a las políticas migratorias de Estados Unidos. Muchos temen una deportación masiva tras las promesas de endurecimiento en las fronteras por parte de la Administración estadounidense.