El precio del oro alcanzó este viernes 14 de marzo un máximo histórico de 3,000 dólares por onza, impulsado por el temor creciente a una crisis económica mundial. Desde enero, el valor del metal precioso se ha disparado más de un 13%, reflejando la preferencia de los inversionistas por activos seguros frente a la incertidumbre financiera.
Este repunte se atribuye principalmente a la política arancelaria del expresidente Donald Trump en Estados Unidos, la cual ha provocado nerviosismo en los mercados. Expertos como Frank Schallenberger, del Landesbank Baden-Württemberg, y Carsten Fritsch, de Commerzbank, coinciden en que la inestabilidad en la política económica estadounidense ha reactivado la demanda de oro como refugio financiero.
Además de los inversionistas individuales, bancos centrales de países emergentes han incrementado sus compras de oro para protegerse de posibles sanciones financieras o conflictos económicos, especialmente tras la guerra en Ucrania. Estas adquisiciones masivas también han contribuido al aumento del precio.
Por otro lado, predicciones virales en internet como la del empresario Robert Kiyosaki, quien anticipó una gran crisis en 2025, han alimentado el interés popular por el oro, la plata y el Bitcoin, intensificando la percepción de riesgo.
Aunque el Consejo Mundial del Oro prevé que la demanda de oro continúe en 2025, también advierte que la debilidad económica y los altos precios podrían frenar las compras de joyería y limitar el poder adquisitivo de los consumidores. Analistas anticipan una posible corrección en el precio del oro conforme disminuya la demanda en China e India, que juntas representan más de la mitad del consumo global privado.
Además, con el fin de las bajas tasas de interés en el horizonte, otro soporte clave para el oro podría desaparecer, marcando un posible fin del mercado alcista.