Este miércoles 7 de mayo iniciará el cónclave en la Capilla Sixtina, donde 133 cardenales electores se encerrarán hasta elegir al próximo líder de la Iglesia Católica, tras el fin del pontificado del papa Francisco. El Vaticano confirmó que ya se encuentran en Italia todos los purpurados habilitados para votar, en una elección sin favoritos claros.
Durante las congregaciones previas, los cardenales discutieron temas cruciales como el papel misionero de la Iglesia, la paz global, la crisis ambiental, la pobreza y la creciente división interna. El cónclave se llevará a cabo bajo estrictas medidas de secreto y seguridad, con vigilancia especial y áreas selladas en el palacio pontificio.
Uno de los momentos más esperados será la tradicional señal del humo: negro si no hay acuerdo, blanco si ya hay nuevo papa. Para ser electo, el candidato necesita al menos 89 votos.
El mundo entero, especialmente los más de 400 millones de católicos en América Latina, observará con atención este proceso milenario. El nombre del nuevo pontífice podría conocerse en cuestión de días o extenderse, como en otros cónclaves, por varias jornadas.