El gobierno de Nueva Zelanda ha propuesto una medida para impedir que menores de 16 años accedan a redes sociales, en un intento por protegerlos de los contenidos nocivos que proliferan en estas plataformas. El anuncio fue hecho este martes por el primer ministro Christopher Luxon, quien aseguró que se trata de una acción necesaria para salvaguardar a los niños.
La propuesta contempla un sistema de verificación de edad obligatorio para acceder a redes como Facebook, Instagram o X, y multas de hasta 2 millones de dólares neozelandeses (alrededor de 1.2 millones de dólares estadounidenses) para las empresas que incumplan. La iniciativa está inspirada en leyes similares implementadas en Australia, uno de los países que lidera la regulación global en este tema.
El plan fue impulsado por el Partido Nacional, que lidera la coalición de gobierno, pero aún necesita el respaldo de sus socios para ser aprobado en el Parlamento.
La industria tecnológica ha respondido con críticas, calificando la propuesta como vaga y apresurada. Sin embargo, Luxon insiste en que la prioridad es la seguridad de los menores en línea.