Cada 10 de mayo, México celebra con flores, canciones y reuniones familiares a una de las figuras más queridas del hogar: la madre. Esta tradición, profundamente arraigada en la cultura nacional, tiene una historia que mezcla influencias internacionales y decisiones políticas locales, y hoy en día representa no solo una expresión de afecto, sino también un fenómeno económico de gran relevancia.
Un origen con tintes históricos y políticos
El festejo del Día de las Madres en México fue instaurado oficialmente en 1922, impulsado por el entonces secretario de Educación, José Vasconcelos, y respaldado por el periódico Excélsior, como respuesta a movimientos feministas de la época que cuestionaban el papel tradicional de la maternidad. La iniciativa buscaba reafirmar el valor de la figura materna y consolidar su papel dentro de la estructura familiar.
La fecha del 10 de mayo no fue elegida al azar: en aquellos años, los pagos quincenales coincidían con ese día, lo cual facilitaba que las familias tuvieran recursos para celebrar. Además, en Estados Unidos ya se celebraba el Mother’s Day el segundo domingo de mayo, lo que también influyó en la instauración mexicana, aunque aquí se mantiene fijo el 10 de mayo sin importar el día de la semana.
Más que un festejo: un reconocimiento social
A nivel social, el Día de las Madres se ha convertido en una oportunidad para rendir homenaje a millones de mujeres que combinan múltiples roles: proveedoras, cuidadoras, educadoras y pilares emocionales. Es un momento para reflexionar sobre el valor de las madres en la vida cotidiana y la importancia de garantizar sus derechos, salud y bienestar.
Para muchas familias, esta fecha también se transforma en un reencuentro. Miles de personas viajan largas distancias para estar con sus madres, lo que convierte al 10 de mayo en uno de los días de mayor movimiento en terminales de autobuses y aeropuertos.
Un motor económico temporal pero poderoso
Desde el punto de vista económico, el Día de las Madres es una de las temporadas más fuertes del año para múltiples sectores, solo detrás de la Navidad. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) estima que las ventas durante esta fecha pueden superar los 60 mil millones de pesos, beneficiando al comercio local, restaurantes, florerías, tiendas departamentales y plataformas digitales.
El sector restaurantero, por ejemplo, reporta un incremento de hasta el 80% en su actividad durante este día. También aumentan las ventas de regalos como joyería, ropa, electrodomésticos, perfumes y productos tecnológicos. Incluso las escuelas, por tradición, organizan festivales que activan el comercio informal de regalos y comida.
Además, las redes sociales y las aplicaciones móviles han reforzado el impacto económico, impulsando campañas publicitarias y ventas en línea dirigidas al público que busca sorprender a mamá sin salir de casa.
Una celebración en evolución
Aunque tradicionalmente ha sido una fecha emotiva, con el paso del tiempo, el Día de las Madres también se ha convertido en una plataforma para visibilizar temas importantes como la maternidad no romantizada, la maternidad en contextos vulnerables, el trabajo doméstico no remunerado y la falta de acceso a guarderías o condiciones laborales equitativas.
Organizaciones sociales aprovechan esta conmemoración para llamar la atención sobre las brechas de género, la violencia obstétrica, la criminalización de la pobreza en madres solteras y los desafíos que enfrentan las mujeres madres en México.
El Día de las Madres en México es una mezcla única de tradición, cultura, economía y reflexión. Más allá de los regalos y festejos, representa una oportunidad para agradecer, pero también para cuestionar y avanzar en la construcción de una sociedad más justa para todas las madres del país.