La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que más de dos millones de personas en Gaza enfrentan una situación de hambruna extrema, mientras Israel continúa su ofensiva militar contra Hamas y mantiene un estricto bloqueo sobre el enclave palestino. Según Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, las restricciones impiden el ingreso de alimentos y la evacuación médica urgente de unos 10 mil gazatíes.
En las últimas 24 horas, al menos 136 personas murieron en nuevos bombardeos israelíes, de acuerdo con la Defensa Civil de Gaza. El Ministerio de Salud gazatí estima que el número total de víctimas mortales desde que inició la guerra supera las 53 mil, y más del 90% de la población ha sido desplazada varias veces.
Desde Tel Aviv, el primer ministro Benjamin Netanyahu reconoció que Israel permitirá el ingreso limitado de ayuda humanitaria para evitar una crisis diplomática. “No debemos dejar que la población caiga en la hambruna, ni por razones prácticas, ni diplomáticas”, admitió en un mensaje que parecía estar dirigido a los sectores más duros de su gobierno.
Netanyahu aseguró que Israel busca tomar el control total de la franja de Gaza y que las acciones recientes responden a la presión de sus aliados, especialmente Estados Unidos. Señaló que incluso senadores estadounidenses pro-Israel le advirtieron que las imágenes de hambre masiva amenazan el respaldo internacional a la guerra.
Mientras tanto, la ONU logró introducir sólo cinco de nueve camiones autorizados con ayuda humanitaria, tras casi tres meses de bloqueo, lo que el organismo calificó como “una gota en el océano”.
El conflicto también ha dejado múltiples tragedias familiares, como la del niño Mohammed al Bardawil, de 12 años, quien fue asesinado por fuego naval israelí cuando pescaba junto a su padre, semanas después de presenciar la muerte de 15 paramédicos a manos de tropas israelíes.