María Fernanda Benítez, una joven paraguaya de 17 años que tenía 15 semanas de embarazo, fue hallada calcinada en un terreno baldío frente a la vivienda de su novio en la ciudad de Coronel Oviedo, departamento de Caaguazú. La brutalidad del crimen y la posible premeditación han conmocionado al país y encendido protestas que exigen justicia.
Fernanda fue reportada como desaparecida el 27 de mayo. Ese mismo día, su cuerpo fue encontrado parcialmente quemado, lo que levantó sospechas inmediatas sobre su pareja, un menor de edad, con quien mantenía una relación. La indignación creció luego de que circularan en redes sociales mensajes entre el joven y una amiga de Fernanda, donde se hablaba abiertamente de cómo planeaban que ella abortara, primero mediante pastillas y luego con una propuesta aún más perturbadora: inyectarle aire en las venas para provocarle una muerte que pasara desapercibida.
El padre de la víctima, Leonardo Benítez, declaró que su hija fue llevada bajo amenazas a una farmacia en la que se practican abortos clandestinos, y que su agresor le habría quitado el celular para evitar que pidiera ayuda. El informe forense reveló que Fernanda presentaba dos fracturas en el cráneo y signos de intoxicación por monóxido de carbono, lo que indica que estaba viva cuando comenzó a arder. El feto fue encontrado intacto dentro de su cuerpo.
El principal sospechoso se entregó voluntariamente a las autoridades, mientras que sus padres fueron detenidos brevemente por posible encubrimiento. Sin embargo, la Fiscalía los liberó por falta de pruebas, aunque la investigación continúa.
La reacción de la comunidad no se hizo esperar. Vecinos y familiares de la víctima incendiaron la casa del presunto agresor en señal de protesta. Medios locales informaron que el objetivo era evitar que la familia utilizara el inmueble como herramienta para negociar con las autoridades. Además, la fiscal a cargo del caso, Gladys Torales, fue criticada por su ausencia durante las primeras diligencias del hallazgo.
El asesinato de María Fernanda ha encendido el debate nacional sobre el feminicidio, el aborto clandestino, la impunidad y la violencia sistemática contra mujeres y niñas en Paraguay.