Una masacre brutal dejó al menos 200 cristianos asesinados en la ciudad de Yelewata, en el estado de Benue, Nigeria, según denunció la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). La matanza ocurrió mientras las víctimas dormían en alojamientos temporales, en un ataque perpetrado por presuntos pastores fulani radicalizados que gritaban “Allahu Akhbar” al irrumpir con armas de fuego, cuchillos y fuego.
Los hechos se produjeron durante la noche en una zona donde el 95% de la población es católica. Los atacantes intentaron inicialmente irrumpir en la iglesia de San José de Yelewata, donde se refugiaban unas 700 personas desplazadas por la violencia, pero al ser repelidos por la policía se dirigieron al mercado central. Allí, prendieron fuego a los alojamientos improvisados y comenzaron el ataque mientras dormían unas 500 personas.
El sacerdote local, Jonathan Angbianbee, logró sobrevivir al esconderse con otros desplazados. Tras el ataque, describió una escena devastadora: cuerpos calcinados e irreconocibles, incluidos bebés, niños y adultos. “Fue una monstruosidad”, reportó el clero local. La Diócesis de Makurdi confirmó que el número de muertos supera los 200, en lo que califican como el peor ataque de este tipo en la región.
Durante el rezo del Ángelus, el papa León XIV pidió oraciones por las víctimas y exigió justicia y paz en Nigeria, donde, según líderes de la Iglesia, se estaría desarrollando un plan yihadista para expulsar a las comunidades cristianas mediante el terror y la violencia sistemática.