Lilia Gema García Soto, presidenta municipal de San Mateo Piñas, fue asesinada el domingo al interior del palacio de gobierno de esta comunidad ubicada en la Sierra Sur de Oaxaca. Junto a ella también murió Eli Gregorio García Ruiz, agente municipal de Agua Caliente. Ambos fueron atacados por hombres armados que vestían uniformes similares a los de la policía.
El crimen ocurrió cuando cuatro sujetos a bordo de motocicletas ingresaron al edificio del gobierno local y dispararon 60 veces directamente contra la alcaldesa y su colaborador. Las autoridades estatales ya investigan el asesinato como un posible caso de violencia política.
El gobernador Salomón Jara condenó el atentado y prometió que no habrá impunidad. “Vamos a colaborar con la Fiscalía General del Estado para esclarecer los hechos y hacer justicia”, afirmó en un mensaje oficial.
San Mateo Piñas, un municipio de apenas 2 mil habitantes regido por usos y costumbres, ha enfrentado históricamente condiciones de pobreza extrema y conflictos políticos. Lilia Gema García, quien llegó al cargo en 2022, había denunciado actos de corrupción cometidos por administraciones anteriores. Su gestión fue también objeto de críticas por parte de la oposición, que la acusaba de irregularidades.
El crimen se suma a una ola de violencia contra autoridades municipales en el país. De acuerdo con la consultora Integralia, en lo que va del 2025 ya se han registrado 50 asesinatos de figuras políticas, el 80% de ellos en el ámbito municipal. Oaxaca es actualmente el segundo estado con más incidentes de violencia política en México.
El asesinato de García Soto revive los temores sobre la creciente influencia del crimen organizado en regiones rurales, donde buscan imponer control territorial a través del miedo y la eliminación de líderes locales.