¿Te sientes agotado todo el tiempo? No estás solo. El cansancio crónico se ha convertido en una queja común en millones de personas, y muchas veces no se debe únicamente al exceso de trabajo, sino a hábitos diarios que drenan tu energía sin que lo notes.
Expertas en salud como la doctora Estefanía Belén Mondin (Hospital Italiano) y la doctora Silvana Malnis (Hospital Alemán) explican que las causas del agotamiento pueden ser físicas, emocionales o conductuales, y que identificar estos factores es clave para recuperar la vitalidad.
Estos son cinco hábitos cotidianos que podrían estar afectando tu energía y salud mental:
- Hacer muchas cosas a la vez (multitarea)Tu cerebro no está diseñado para concentrarse en varias tareas al mismo tiempo. La multitarea reduce tu rendimiento, aumenta el estrés y te deja más cansado. Enfocarte en una actividad por vez es más eficiente y menos desgastante.
- ProcrastinarDejar para después lo que puedes hacer hoy genera ansiedad constante. Pensar en tareas pendientes sin resolverlas consume energía mental y emocional.
- Complacer a todos menos a tiPriorizar las necesidades de otros sobre las tuyas puede causarte agotamiento emocional. Aprender a decir “no” y establecer límites es clave para proteger tu bienestar.
- Vivir entre el desordenEl caos visual también agota. Un entorno desorganizado sobrecarga tu mente y afecta tu concentración y estado de ánimo.
- Pensar en exceso (rumiar)Darle vueltas a las preocupaciones y a escenarios negativos consume energía mental. Técnicas como la meditación y la terapia pueden ayudarte a romper este ciclo.
Dormir mal o poco también es una causa común de fatiga. Aunque creas que dormiste suficiente, si tu descanso no es de calidad, tendrás menos energía y menor capacidad de atención durante el día.
Para contrarrestar el cansancio crónico, los especialistas recomiendan incorporar ejercicio, una buena higiene del sueño, alimentación balanceada y momentos de desconexión digital, especialmente antes de dormir.
Recuerda: organizar tus actividades, cuidar tu cuerpo y gestionar tus emociones no solo mejora tu energía, también transforma tu calidad de vida.