Con el 60% de los votos en las primarias del bloque progresista, Jeannette Jara se convirtió en la primera candidata presidencial del Partido Comunista de Chile desde el retorno a la democracia. Su victoria representa un hito histórico no solo para su partido, sino para una izquierda que ahora se alista para disputar la presidencia el próximo 16 de noviembre.
Nacida en una zona popular de Conchalí, Jara ha construido una carrera desde abajo: fue la primera profesional de su familia, dirigente estudiantil, viuda joven y madre soltera. Durante el gobierno de Gabriel Boric se desempeñó como ministra del Trabajo, desde donde lideró la reforma previsional, el aumento del salario mínimo y la reducción de la jornada laboral.
Aunque su origen comunista genera resistencias, incluso dentro del bloque progresista, su carisma y tono conciliador la han posicionado como una figura con capacidad de trascender las fronteras ideológicas. Aun así, deberá enfrentarse a desafíos enormes: la derecha liderada por José Antonio Kast marcha como favorita en las encuestas, y la baja participación en las primarias (menos del 10% del padrón) pone en duda la fuerza real de su respaldo.
“De Conchalí a La Moneda” no es solo un lema de campaña: es una declaración de intenciones. Para ganar, Jara deberá convencer a un electorado más moderado y ampliar su base más allá del núcleo comunista. Su mayor reto será mostrarse como una opción viable en un país donde los temas de seguridad y economía pesan más que nunca.