La Ciudad de México inició una transformación urbana con la aprobación de la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que obliga a las empresas a soterrar todos los cables aéreos. Telmex, Totalplay, Izzi y otras deberán instalar sus redes bajo tierra y retirar el cableado en desuso.
La ley busca reducir riesgos eléctricos, mejorar la imagen urbana y proteger la infraestructura frente a sismos o tormentas. Para su aplicación, se creó la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones, que definirá zonas prioritarias, lineamientos técnicos y garantizará que los costos no se trasladen a los usuarios.
Se estima que ya se han retirado 626 km de cables, pero colonias como Roma y Doctores aún enfrentan saturación de postes. El cambio será gradual pero obligatorio, y apunta a modernizar la ciudad rumbo a una “smart city” más segura y conectada.