La historia de Paolo, un adolescente de 14 años originario de la Ciudad de México, ha conmovido a miles en redes sociales. Lo que empezó como una aventura personal para conquistar el Iztaccíhuatl terminó en tragedia. Su cuerpo fue localizado el pasado 19 de julio a casi 4,800 metros de altitud, en la zona de Dos Portillos.
El joven había sido visto por última vez el 17 de julio en la colonia Romero de Terreros, alcaldía Coyoacán. Se sabe que llegó por su cuenta a Paso de Cortés, punto de acceso común para montañistas, y que se registró como lo hacen los senderistas experimentados. Sin embargo, tras iniciar su ascenso, se perdió todo rastro de él.
La noticia de su desaparición desató una intensa movilización por parte de familiares, amigos y rescatistas. Dos días después, fue hallado sin vida en la montaña que lo había inspirado. De acuerdo con testimonios, Paolo era un chico entusiasta, curioso y decidido, apasionado por la naturaleza y los retos personales.
Este caso ha abierto nuevamente el debate sobre la seguridad en zonas de alta montaña y la necesidad de seguir protocolos, ir acompañado y contar con la preparación adecuada, especialmente cuando se trata de menores de edad.
La tragedia de Paolo no solo deja dolor entre sus seres queridos, también deja una lección: por más noble y valiente que sea el deseo de aventura, la montaña siempre debe respetarse.