Un grupo de influencers en Australia, liderados por Verónica B, creó la “Unión de Influencers de Australia” para exigir más respeto y mejores condiciones. Tras enfrentar críticas por decir que ser influencer es “un trabajo duro”, anunciaron que podrían dejar de publicar contenido hasta ser valorados. Verónica B afirmó que sin ellos, la gente no sabría dónde comer o cómo maquillarse.
Otros creadores como Jasmin Mitwali y Dani Russell se unieron al movimiento, señalando que su trabajo implica crear contenido constante y mantenerse relevantes, y que es incluso más difícil que ser médicos o profesores. La propuesta ha generado un debate intenso en redes sociales, con opiniones divididas sobre la importancia y el impacto de los influencers en la sociedad digital.
El auge de las redes sociales y el marketing digital vuelve cada vez más visible la demanda por reconocimiento y profesionalización de esta nueva forma de trabajo.