Durante una homilía celebrada en la Catedral de la Asunción de María Santísima en Chilapa, el obispo José de Jesús González Hernández reveló que sobrevivió a un ataque armado gracias, según él, a la protección de la Virgen María.
El prelado, quien actualmente encabeza la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, relató que el hecho ocurrió al inicio de su labor episcopal en la Prelatura de Jesús María-El Nayar, ubicada en una región montañosa de Nayarit. Durante un recorrido pastoral, su vehículo fue atacado a balazos por un grupo armado que, al confundirlo con otro objetivo, abrió fuego contra él y su equipo clerical.
“Ninguna bala nos tocó”, aseguró el obispo, quien atribuyó este hecho a la intercesión de la Virgen de los Remedios, a quien se había encomendado días antes en el santuario de Huajicori. Tras detenerlos, los agresores reconocieron su error al ver que se trataba de sacerdotes, se disculparon e incluso pidieron la bendición del obispo antes de retirarse.
“Sentí miedo, pero comprendí que también ellos son parte del rebaño que me fue encomendado”, reflexionó González Hernández, afirmando que la Virgen lo protegió “como pastora de todos”.
El caso se suma a una serie de incidentes similares denunciados por otros obispos del país, quienes han sido interceptados por grupos armados en el ejercicio de su labor pastoral. Pese a la violencia, el clero católico continúa su presencia en comunidades afectadas por el crimen organizado.