Gerardo Fernández Noroña, sociólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana, fue presidente de la Mesa Directiva del Senado desde el 1 de septiembre de 2024 hasta el 31 de agosto de 2025 . Su historial político, forjado desde finales de los ochenta, abarca su paso por el Partido Mexicano Socialista, luego el PRD (1989-2008) y, más recientemente, el PT y Morena .
Durante una década como legislador federal —diputado en tres ocasiones y senador por un año—, presentó apenas 17 iniciativas: solo una prosperó (declarar 2022 como “Año de Ricardo Flores Magón”), mientras que la mayoría fueron rechazadas o siguen pendientes .
Y, a pesar de su bajo rendimiento legislativo, Noroña ha gozado de beneficios económicos importantes. Su salario como presidente del Senado fue de aproximadamente 171 443 pesos mensuales, cifra muy superior a la de senadores comunes, quienes reciben alrededor de 126 800 pesos . Además, ha tenido ingresos extras: 72 500 pesos mensuales por columnas en prensa y 188 000 pesos mensuales por sus videos en YouTube, según reportes periodísticos .
Su gestión no pasó desapercibida por las polémicas. Su adquisición de una casa en Tepoztlán —valuada en 12 millones de pesos y en proceso de pago a crédito— generó críticas sobre ostentación, pese a su justificación de que lo cubre con su salario y YouTube . También trascendió que al menos cuatro colaboradores suyos no aparecen en nóminas oficiales, lo que apuntala cuestionamientos sobre opacidad en su administración .
Este mes, Noroña dejó la presidencia del Senado con más escándalos que logros legislativos . Quizá su talento no fue legislar, sino polarizar y protagonizar.
En resumen, Noroña se despide del Senado como un político cuya impronta quedará más en titulares de controversias que en el boletín legislativo.