La revista Vogue Estados Unidos inicia una nueva era con el nombramiento de Chloe Malle, de 39 años, como editora jefe, sucediendo a la legendaria Anna Wintour tras 37 años al frente. Aunque la británica seguirá como directora de contenidos de Condé Nast, el relevo marca un giro generacional en la publicación más influyente de la moda.
Malle no es una recién llegada. Hija de la actriz Candice Bergen y del cineasta francés Louis Malle, creció entre París y Los Ángeles. En 2011 ingresó a Vogue como editora social y, con el tiempo, se convirtió en editora de Vogue.com y presentadora del podcast The Run Through. Su trayectoria incluye logros como la cobertura de la boda de Naomi Biden en la Casa Blanca en 2022 y una entrevista exclusiva con Lauren Sánchez, pareja de Jeff Bezos.
Aunque inicialmente dudó en unirse a Vogue —al considerar que la moda no era su gran pasión y prefería la escritura—, confesó que el poder de la revista la conquistó. Hoy, tras 14 años en la empresa, afirma: “Vogue ya ha moldeado quién soy, ahora estoy emocionada ante la posibilidad de moldear Vogue”.
Al igual que Wintour, Malle no se mantiene al margen de la política. Ha apoyado causas progresistas, participó en la Marcha de las Mujeres en 2017 y ha expresado su descontento por la reelección de Donald Trump en 2024. Esa faceta la acerca a un perfil más comprometido y vocal que el de otras figuras editoriales.
Wintour, de 75 años, mantendrá su oficina en Vogue y seguirá supervisando contenidos de distintas publicaciones de Condé Nast, como GQ, Wired y Tatler. Su sombra seguirá presente, pero ve en Malle a alguien capaz de equilibrar la tradición con la innovación: “Ha demostrado ser experta en mantener la larga historia de Vogue y proyectarla hacia la vanguardia”.
Los expertos señalan que, aunque al inicio no se esperan cambios drásticos, el verdadero reto de Malle será afirmar su propio estilo sin dejar de trabajar bajo la influencia directa de Wintour.