El comentarista político Charlie Kirk, uno de los activistas conservadores más influyentes de Estados Unidos y aliado cercano del presidente Donald Trump, fue asesinado este miércoles a los 31 años tras recibir un disparo durante un evento en la Universidad del Valle de Utah.
Kirk era reconocido como fundador de Turning Point USA (TPUSA), organización creada en 2012 para impulsar los ideales conservadores entre estudiantes. Desde los campus universitarios hasta grandes convenciones republicanas, su estilo directo lo convirtió en una figura mediática seguida por millones en redes sociales y en su podcast diario.
Hijo de una familia de clase media de Chicago, abandonó la universidad para dedicarse al activismo y pronto se transformó en un referente del movimiento MAGA (Make America Great Again). Se le atribuye haber ayudado a movilizar a decenas de miles de votantes jóvenes a favor de Trump en las elecciones de 2024, especialmente en estados clave como Arizona.
En su carrera pública, defendió el libre mercado, la Segunda Enmienda y la fe cristiana, aunque también fue una figura altamente polémica por sus posturas contra la identidad transgénero, el escepticismo frente a la pandemia de covid-19 y la difusión de teorías conspirativas como el “Gran Reemplazo” o la presunta manipulación electoral en 2020.
A pesar de sus controversias, Kirk era considerado el futuro del activismo conservador en EE.UU. y contaba con el respaldo de líderes republicanos de alto perfil, incluido el vicepresidente JD Vance, Donald Trump Jr. y el propio Trump, quien lamentó su muerte: “El gran e incluso legendario Charlie Kirk ha fallecido. Nadie entendía el corazón de la juventud de Estados Unidos mejor que él”.
Kirk estaba casado con Erika, ex Miss Arizona, con quien tuvo dos hijos pequeños. Su asesinato deja un vacío en la política juvenil conservadora y un fuerte impacto en el movimiento MAGA.