eSIM vs SIM física: ¿cuál te conviene más?

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La decisión dependerá de tus hábitos: si sueles cambiar de móvil con frecuencia, la SIM tradicional aún te conviene; si valoras la practicidad y la modernidad, la eSIM es la mejor apuesta.

Las tarjetas SIM han acompañado a los teléfonos móviles desde 1991, reduciendo su tamaño con el paso de los años hasta llegar a la NanoSIM. Sin embargo, el siguiente paso en esta evolución es la eSIM, un chip integrado en el dispositivo que elimina la necesidad de una tarjeta física.

Aunque ambas cumplen la misma función —conectarte a tu operador para llamadas y datos móviles—, cada una ofrece ventajas y desventajas que conviene conocer antes de elegir entre ellas.

Ventajas de la eSIM

  • Mayor comodidad: no se pierde ni se daña, ya que no existe tarjeta física.
  • Activación rápida: basta con escanear un código QR o instalar un archivo enviado por el operador.
  • Múltiples líneas: se pueden almacenar hasta 10 o más perfiles de eSIM en un solo dispositivo.
  • Seguridad reforzada: más difícil de clonar que una SIM física.
  • Beneficios de diseño: al no requerir ranura, los fabricantes ganan espacio para baterías más grandes o componentes extra, además de mejorar la resistencia al agua.

Desventajas de la eSIM

  • Migración menos práctica: no basta con sacar una tarjeta y pasarla a otro móvil; a veces es necesario pedir un nuevo QR a la operadora.
  • Dependencia del soporte: solo funciona en dispositivos compatibles con esta tecnología.
  • Posibles costos adicionales: algunos operadores cobran por reemitir el código de activación en caso de cambio de equipo.
  • Menos flexibilidad temporal: no es tan sencillo mover tu línea de un móvil a otro por unos días como con una SIM física.

Ventajas de la SIM física

  • Compatibilidad universal: funciona en prácticamente cualquier teléfono móvil.
  • Cambio rápido entre dispositivos: basta con insertarla en otro equipo.
  • Simplicidad en emergencias: fácil de usar en caso de necesitar un teléfono de repuesto.

Desventajas de la SIM física

  • Riesgo de pérdida o daño: puede romperse o extraviarse.
  • Activación más lenta: en ocasiones hay que esperar a que llegue la tarjeta por correo o acudir a un centro de atención.
  • Limitación de líneas: un solo chip por ranura.

Foto de User_Pascal en Unsplash

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