Un nuevo informe de la ONU reveló que Corea del Norte está aplicando cada vez más la pena de muerte contra personas sorprendidas viendo o compartiendo películas y series extranjeras, en un intento por aislar aún más a su población. Testimonios de fugitivos señalan que desde 2020 se realizan fusilamientos públicos para infundir miedo.
La investigación, basada en más de 300 entrevistas, señala que desde 2015 se aprobaron al menos seis leyes que permiten imponer la pena capital, incluyendo delitos como consumir contenido extranjero. Además, el régimen de Kim Jong-un ha intensificado la vigilancia tecnológica, el trabajo forzoso y la represión de los mercados informales, agravando la crisis alimentaria y social.
El Alto Comisionado de la ONU, Volker Türk, advirtió que la situación podría constituir crímenes de lesa humanidad y pidió al Consejo de Seguridad remitir el caso a la Corte Penal Internacional. Sin embargo, la resistencia de China y Rusia ha frenado sanciones contra Pyongyang.