Familiares de las víctimas de la explosión de la pipa de gas LP en el puente de La Concordia, en Iztapalapa, realizaron una protesta en la llamada “zona cero” para exigir atención médica y reparación del daño. Mientras algunos permanecen en guardias afuera de hospitales, otros se han instalado en casas de campaña en espera de noticias sobre sus seres queridos.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, el saldo del siniestro se mantiene en 13 personas fallecidas, 40 hospitalizadas y 30 dadas de alta. Entre los casos más delicados se encuentra el de Erick Vicente Acevedo Moreno, chofer de microbús que resultó con quemaduras graves tras evacuar primero a sus pasajeros.
Familiares denunciaron irregularidades en la atención médica. Antonia Clavel Escobar acusó que su padre, Fredy Sánchez Gil, fue dado de alta el mismo día de la explosión pese a tener quemaduras en brazos, cuello y orejas, por lo que ahora buscan atención en Puebla. Piden a las autoridades garantizar insumos, seguimiento médico y una reparación justa. La Fiscalía capitalina informó que continúa integrando pruebas para acreditar gastos y establecer indemnizaciones como parte del proceso legal por homicidio, lesiones y daños.