El expresidente Barack Obama calificó como “horrible y una tragedia” el asesinato del activista conservador Charlie Kirk y advirtió que Estados Unidos enfrenta “una crisis política de un tipo que no se ha visto antes”. Durante un evento en Pensilvania, subrayó que las profundas divisiones del país están en un punto crítico y llamó a la unidad nacional.
Obama contrastó su postura con la de Donald Trump, quien responsabilizó a la izquierda del crimen. El exmandatario señaló que en momentos de tensión el presidente debería buscar unir al país, como lo hicieron George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre y líderes republicanos en otras crisis. Criticó que la actual retórica presidencial tache a los opositores de “enemigos” o “alimañas”, lo que, dijo, refleja un problema más amplio en la política estadounidense.
El caso sigue generando repercusiones: Tyler Robinson, de 22 años, fue acusado formalmente del asesinato y podría enfrentar la pena de muerte. La fiscal general Pam Bondi sugirió endurecer medidas contra el “discurso de odio”, mientras que el vicepresidente JD Vance pidió denunciar públicamente a quienes celebraron o justificaron la muerte de Kirk. La Casa Blanca, en respuesta, acusó a Obama de ser “el arquitecto de la división política moderna”.