En la Cámara de Diputados apareció una iniciativa que muchos califican como un intento de censura digital. Armando Corona Arvizu, legislador de Morena, presentó una propuesta para castigar con cárcel a quienes difundan imágenes, audios, videos, memes o stickers creados o manipulados con inteligencia artificial (IA) que afecten la reputación de una persona.
La iniciativa plantea adicionar los artículos 211 Bis 8 y 9 al Código Penal Federal. En ellos se estipula que quien “cree, manipule, transforme, reproduzca o difunda representaciones digitales” sin consentimiento, y con el propósito de “ridiculizar, acosar, suplantar o dañar la reputación o dignidad” de otro, enfrentaría de tres a seis años de prisión y multas económicas. Además, si la víctima es servidor público, la pena se incrementaría.
El legislador justifica su propuesta en la necesidad de frenar el ciberacoso y el uso de deepfakes. Cifras del INEGI reportan que en 2024 casi 19 millones de mexicanos fueron víctimas de violencia digital, mientras que los fraudes con IA se dispararon en 220% en los últimos dos años.
Sin embargo, organizaciones de derechos digitales advierten que la redacción es ambigua y podría abrir la puerta a que caricaturas, memes políticos, sátiras o simples stickers de WhatsApp sean considerados delitos. “¿Quién decide qué es ridiculizar: un juez o un político ofendido?”, cuestionan especialistas, al alertar sobre el riesgo de un efecto inhibidor contra el humor y la crítica política.
No es la primera vez que Morena impulsa propuestas similares. En Puebla, el entonces gobernador Alejandro Armenta intentó sancionar penalmente las “ofensas digitales”, y en marzo pasado Ricardo Monreal promovió la llamada “Ley Anti-Memes”, que fue retirada tras la polémica.
Aunque la regulación del uso de la inteligencia artificial es urgente, críticos de la llamada “Ley Anti-Stickers” sostienen que debe hacerse con criterios claros que protejan a las víctimas de violencia digital, sin poner en riesgo la libertad de expresión ni blindar a los políticos de la crítica pública.