El Congreso de Perú destituyó anoche a la presidenta Dina Boluarte por “permanente incapacidad moral”, tras perder el respaldo de los partidos que la habían sostenido durante su gestión. Con 118 votos a favor de los 122 legisladores presentes —sin votos en contra ni abstenciones—, el Parlamento aprobó la vacancia presidencial, desatando celebraciones frente al Congreso en Lima.
Boluarte, de 63 años, se negó a ejercer su derecho a la defensa, argumentando que el proceso violaba sus garantías. Su destitución se produce en medio de una crisis marcada por el incremento de la criminalidad, acusaciones de enriquecimiento ilícito —por el uso de relojes Rolex— y violaciones a los derechos humanos durante las protestas de 2022 y 2023, que dejaron al menos 50 muertos.
El quiebre político se aceleró tras el ataque armado contra el grupo musical Agua Marina, hecho que reflejó el deterioro de la seguridad pública. La legisladora Norma Yarrow criticó duramente a Boluarte durante el debate: “Ha crecido la extorsión, la criminalidad, pero ella sigue viviendo en una fantasía. Merece ser vacada”.
Dina Boluarte asumió el poder el 7 de diciembre de 2022, tras la destitución de Pedro Castillo, quien hoy enfrenta cargos por rebelión. A pesar de haber prometido dimitir si Castillo era removido, Boluarte se mantuvo en el cargo, lo que generó una oleada de protestas sociales.
Su salida ocurre a seis meses de las elecciones generales previstas para abril de 2026. Desde 2016, Perú ha tenido seis presidentes, reflejo de una inestabilidad política que parece no tener fin.