El cibercrimen se ha convertido en una de las industrias más lucrativas del planeta, con un valor estimado de 10.5 billones de dólares anuales, cifra que lo posiciona como la tercera economía mundial, solo detrás de Estados Unidos y China. Este fenómeno representa una amenaza creciente para América Latina, donde la digitalización avanza más rápido que la capacidad de defensa.
Según especialistas, la región enfrenta un grave déficit de profesionales en ciberseguridad, con apenas un 2% de las empresas que cuentan con un CISO o responsable de protección digital. Esto deja a gobiernos y negocios vulnerables frente a ataques como ransomware, phishing y robo de datos, capaces de paralizar operaciones enteras.
Expertos proponen fortalecer la formación profesional, impulsar la colaboración público-privada y adoptar tecnologías de seguridad administrada como estrategias clave para reducir los riesgos. De no hacerlo, advierten, la región podría enfrentar un impacto económico y social devastador.