La Navidad no solo trae celebraciones, también una fuerte “factura ambiental” en México. Durante las fiestas decembrinas, el desperdicio de alimentos y el aumento de residuos se disparan, lo que agrava la contaminación y la huella de carbono del país. De acuerdo con Greenpeace, cerca del 40% de la comida preparada en estas fechas termina en la basura, pese a que su producción requiere grandes cantidades de agua, energía y tierra.
Datos recientes indican que el desperdicio alimentario genera alrededor del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. En ciudades como la capital del país, la generación de basura aumenta hasta 30% en diciembre. La Universidad Nacional Autónoma de México advierte que este pico pone bajo presión al sistema de manejo de residuos.
Especialistas recomiendan planear compras, reducir el consumo de energía y optar por árboles naturales certificados, como los promovidos por Reforestamos México, para disminuir el impacto ambiental.