El crecimiento de la economía de Estados Unidos se aceleró más de lo previsto en el segundo trimestre de 2024, con un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) a una tasa anualizada del 2.8 %, según la estimación inicial del Gobierno de Joe Biden. Este crecimiento, impulsado por un gasto personal que avanzó 2.3 %, supera las expectativas y refleja una demanda robusta a pesar de los mayores costos de endeudamiento.
El aumento en el PIB es una buena noticia para la Reserva Federal, que busca un “aterrizaje suave” de la economía, logrando reducir la inflación sin causar un aumento significativo en el desempleo. Aunque el desempleo ha aumentado durante tres meses consecutivos, el crecimiento moderado y la reducción gradual de la inflación sugieren que la Reserva Federal podría comenzar a recortar las tasas de interés tan pronto como en septiembre.
El gasto del consumidor, impulsado por la compra de bienes duraderos como automóviles y muebles, y el aumento del gasto público en defensa, contribuyeron significativamente al crecimiento del PIB. Sin embargo, la inversión residencial disminuyó debido a las altas tasas hipotecarias que limitaron las ventas y nuevas construcciones.
La inversión empresarial creció al ritmo más rápido en casi un año, liderada por el mayor avance en equipos desde principios de 2022. Los pedidos realizados a fábricas de equipos comerciales aumentaron en junio, indicando que este gasto seguirá contribuyendo al crecimiento en los próximos meses.
El informe también destacó que los inventarios aumentaron el PIB por primera vez desde el tercer trimestre del año pasado, impulsados por un incremento en el valor de los automóviles minoristas.
Excluyendo los inventarios, el gasto público y el comercio, las ventas finales ajustadas por inflación a compradores nacionales privados aumentaron un 2.6 % por segundo trimestre consecutivo, señalando una demanda subyacente estable y robusta en la economía estadounidense.