Es una pregunta común, y mi sobrina me la hizo recientemente: ¿por qué olvidamos lo que estudiamos? La memoria, ese intrincado proceso cerebral, es clave en nuestra capacidad de aprender y recordar. Pero, ¿cómo funciona realmente?
Aprender, memorizar y recordar
Aprender es adquirir nueva información o habilidades, y se logra a través de la observación, la práctica o la enseñanza. Memorizar es el proceso de almacenar y recuperar esa información, y requiere repetición. Recordar es acceder y reconstruir lo almacenado. Sin embargo, no todo lo que aprendemos queda grabado para siempre; algunas cosas se olvidan rápidamente, mientras que otras, como montar en bicicleta, se mantienen por años.
La memoria: un proceso complejo
La memoria consta de cuatro fases: codificación, consolidación, recuperación y olvido. Durante la codificación, nuevas experiencias activan grupos específicos de neuronas, creando recuerdos. Estos recuerdos son inicialmente frágiles y susceptibles al olvido si no se consolidan.
La consolidación es crucial, y ocurre cuando las neuronas refuerzan sus conexiones a través de la plasticidad neuronal. Este proceso, que incluye la creación de nuevas sinapsis, transforma recuerdos débiles en memorias a largo plazo. La repetición y el sueño juegan un papel vital en este proceso, ya que ayudan a reforzar estas conexiones.
El papel del olvido
Olvidar es parte natural del proceso de memoria. Para consolidar nuevas memorias, el cerebro necesita “hacer espacio”, eliminando conexiones neuronales menos utilizadas. Este olvido selectivo es necesario para que nuestras memorias se vuelvan más específicas y relevantes.
Consejos para mejorar la memoria
Para evitar que lo aprendido se olvide, es útil conectar nuevos conocimientos con los ya existentes, pensar activamente en lo que se está aprendiendo, y aplicar y reflexionar sobre el conocimiento en diferentes contextos. Estas estrategias facilitan la consolidación y recuperación de la información, ayudando a que permanezca en nuestra memoria a largo plazo.
En resumen, lo que estudiamos no está necesariamente condenado al olvido, pero requiere esfuerzo consciente para ser recordado y almacenado de manera duradera en nuestro cerebro.
#Memoria #Aprendizaje #Cerebro #Psicología #Educación