La Iglesia Católica española ha confirmado que el cuerpo de Santa Teresa de Jesús permanece incorrupto, más de un siglo después de la última vez que se abrió su sepulcro en 1914. Este hallazgo refuerza la creencia de que el estado incorrupto del cuerpo de la santa es un signo milagroso, aunque la ciencia ofrece explicaciones naturales para este fenómeno.
Santa Teresa, cuyos restos descansan en Alba de Tormes, Salamanca, ha sido objeto de veneración desde su muerte en 1582. Su corazón, mano y brazo, separados del cuerpo, se han mantenido en exposición durante siglos. La reciente apertura del sepulcro tenía como objetivo comparar su estado actual con una fotografía tomada en 1914, y se concluyó que el cuerpo sigue en el mismo estado, lo que ha sido motivo de celebración para la Iglesia.
Desde un punto de vista científico, la conservación de cuerpos en estado incorrupto puede atribuirse a varios factores, como la deshidratación rápida en climas fríos y secos o la saponificación, un proceso químico que convierte la grasa del cuerpo en una sustancia similar a la cera, conocida como adipocera, que protege el cuerpo de la descomposición.
A pesar de que la Iglesia atribuye la incorruptibilidad a un milagro, el fenómeno también puede estar influenciado por factores como el entorno en el que se encuentra el cuerpo y las condiciones específicas del terreno. Sin embargo, la ciencia y la religión a menudo divergen en sus explicaciones sobre este tipo de fenómenos, dejando espacio para el debate y la interpretación.
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