Los chichimecas fueron un conjunto de grupos indígenas nómadas y seminómadas que habitaron el norte de México en una región conocida como la Gran Chichimeca, que comprendía partes de los actuales estados de Durango, Guanajuato, Querétaro, Coahuila, Zacatecas, Jalisco y San Luis Potosí. A pesar de que los mexicas los describieron como bárbaros e incivilizados, los chichimecas destacaron por su resistencia ante la conquista española, convirtiéndose en los últimos en rendirse a los colonizadores.
Este término, más que referirse a una única etnia, agrupaba diversas tribus con modos de vida como cazadores, recolectores y agricultores, quienes lograron adaptarse al entorno árido y hostil del norte mexicano. Entre los grupos que fueron denominados como chichimecas se encuentran los copuces, guachichiles, guamares, tecueces, y sánzas.
La Guerra Chichimeca y su resistencia
Tras la caída de Tenochtitlán en 1521, los españoles emprendieron campañas para someter a las tribus del norte, pero los chichimecas se convirtieron en un formidable adversario. Conocedores de su territorio, emboscaron a los invasores y se opusieron fieramente a ser conquistados, utilizando tácticas crueles para aterrorizar a los españoles.
Aunque algunos fueron exterminados y otros sometidos mediante acuerdos de paz, la resistencia chichimeca fue legendaria. Los últimos descendientes de este grupo se encuentran en San Luis de la Paz, Guanajuato.
Origen del nombre “chichimeca”
El término “chichimeca” proviene del náhuatl chichimecah, que significa “linaje de perros” o “perro sucio”. Los mexicas utilizaban este término de forma despectiva para referirse a las tribus del norte, a las que consideraban menos civilizadas que ellos.
A pesar de la imagen negativa que los mexicas les atribuyeron, los chichimecas dejaron una marca profunda en la historia de la resistencia indígena en México, especialmente durante la época de la conquista.
Foto: © Francisco del Valle/La Última Danza