La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, ocurrido la mañana del 20 de octubre de 2024 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Pérez, defensor de los derechos de los pueblos indígenas, fue atacado después de celebrar misa en el Barrio de Cuxtilali por sujetos en motocicleta, quienes dispararon contra su vehículo. Las autoridades confirmaron su fallecimiento inmediato.
Marcelo Pérez era beneficiario de medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde 2015 debido a los riesgos que enfrentaba por su trabajo en favor de los derechos humanos en Simojovel y otras zonas de Chiapas. A pesar de contar con protección, las agresiones y amenazas en su contra aumentaron en los últimos años.
Un referente en la lucha por la justicia
Diversas organizaciones nacionales e internacionales habían alertado sobre el peligro que corría el sacerdote. Su trabajo por la justicia y la defensa de los derechos indígenas lo convirtió en un símbolo en la región. Jesús Peña Palacios, Representante Adjunto de la ONU-DH en México, calificó el asesinato como “inaceptable” y subrayó la necesidad de implementar medidas que pongan fin a la violencia en Chiapas.
Desde 2021, el Padre Marcelo lideró marchas por la paz y denunció el crecimiento de la violencia en el estado. También actuó como mediador en conflictos comunitarios y defendió a comunidades indígenas desplazadas. La ONU-DH ha documentado 134 asesinatos de defensores de derechos humanos en México desde 2017, con siete casos en lo que va del año.