En medio de la devastación dejada por el huracán Otis en Acapulco, una luz de esperanza ha brillado en forma de comida caliente y reconfortante, gracias a la rápida y efectiva acción de la fundación World Central Kitchen (WCK). Esta organización sin fines de lucro, liderada por el reconocido chef José Andrés, se ha convertido en un faro de solidaridad, entregando un impresionante total de 120,000 comidas diarias a los afectados por la tragedia.
Desde el primer momento, World Central Kitchen movilizó sus recursos para llevar alivio a la población de Acapulco, utilizando su experiencia en responder a emergencias alimentarias en todo el mundo. La organización desplegó una operación de gran escala, estableciendo cocinas móviles y centros de distribución estratégicos para llegar a las comunidades más afectadas.
El caso de éxito de World Central Kitchen radica en su capacidad para actuar con rapidez y eficiencia en situaciones de emergencia. La logística impecable y la coordinación efectiva han permitido que la fundación alcance números asombrosos en la entrega de comidas diarias, brindando no solo sustento físico, sino también un rayo de esperanza en medio de la desesperación.
La versatilidad de la organización también ha sido clave. Desde alimentos listos para consumir hasta comidas elaboradas en el lugar, adaptaron sus estrategias para satisfacer las necesidades específicas de la población afectada. Este enfoque práctico y centrado en las personas ha sido fundamental para ganar la confianza y el aprecio de la comunidad.
Además, la transparencia y la rendición de cuentas son principios fundamentales de la labor de World Central Kitchen. A través de las redes sociales y otros medios de comunicación, la fundación ha compartido regularmente actualizaciones sobre su trabajo en Acapulco, ofreciendo un vistazo transparente a sus operaciones y mostrando el impacto tangible de sus esfuerzos.
El éxito de World Central Kitchen en Acapulco no solo destaca la importancia de la acción humanitaria inmediata, sino también la necesidad de contar con organizaciones comprometidas y bien preparadas. Este caso ejemplar subraya la relevancia de la solidaridad global y la capacidad de la sociedad civil para marcar la diferencia en momentos críticos.
Acapulco fue una de las áreas más afectadas durante Otis, y es donde establecimos nuestra sede para esta respuesta. En el espacio para eventos Tres Fuentes, un lugar popular en la ciudad, nuestro equipo culinario y voluntarios locales trabajan incansablemente para proporcionar deliciosas comidas calientes a la comunidad. Han estado cortando, cocinando a fuego lento y trabajando duro para crear miles de platos diarios como carne en mole y pollo en salsa verde.
El chef Eduardo “Lalo” Palazuelos, uno de los chefs más destacados de Acapulco, y su equipo están trabajando junto a WCK tanto en Tres Fuentes como en su restaurante Zibu. El chef Lalo está comprometido a ser una parte activa en la recuperación de la ciudad y ha compartido su experiencia con nuestro equipo para asegurarse de que cocinemos comidas nutritivas con sabores locales. También se ha unido a nuestros equipos de distribución llevando comidas a ciudades y pueblos de difícil acceso alrededor de Acapulco.
No solo son los restaurantes de cinco estrellas y los enormes espacios para eventos los que están ayudando en los esfuerzos de WCK para alimentar a las personas afectadas por Otis. Pequeñas empresas y grupos comunitarios también son una parte fundamental para proporcionar comidas a sus vecindarios. Aunque no tengan la capacidad de cocinar miles de comidas cada día, trabajan igualmente duro para hacer lo que pueden.
WCK proporcionó equipos de cocina a una parroquia en Coyuca de Benítez, para que los veinte voluntarios que cocinan comidas todos los días puedan satisfacer las necesidades alimenticias de la comunidad. Con el apoyo logístico y los recursos de WCK, muchos grupos locales pequeños están preparando cientos de comidas cada día, y estas suman para marcar una gran diferencia en comunidades que aún se están recuperando de la tormenta.
El poder de la juventud
Durante semanas, WCK ha estado realizando entregas diarias en helicóptero al pueblo de El Espinalillo. Uno de nuestros fotógrafos, Miguel, destacó la importancia de los jóvenes en el pueblo. “Los niños y adolescentes de El Espinalillo son clave en este pueblo”, explicó. “Desde el primer día, nos han ayudado a organizar, limpiar e incluso entregar comidas calientes a personas mayores que no pueden llegar al punto de entrega”. Estos jóvenes son un crédito para su comunidad, y su compasión, tenacidad y disposición para ayudar han marcado la diferencia para sus vecinos y familias.
Tortillería Isabella
En el mismo pueblo de El Espinalillo, Sandra y Olivia dirigen la Tortillería Isabella. Las tortillas de maíz son un alimento básico en la cocina mexicana, y la mayoría de las familias compran tortillas recién hechas en tiendas locales como esta. El ingrediente clave es la masa, un tipo de harina de maíz. Después del huracán, tiendas como la de Sandra y Olivia utilizaron la harina que sobrevivió a la tormenta para seguir proporcionando tortillas a sus comunidades, pero rápidamente se agotaron.
WCK comenzó a comprar miles de libras de harina de maíz y a trabajar para crear asociaciones con tortillerías locales en todo el estado de Guerrero. En El Espinalillo, Sandra y Olivia acordaron trabajar con WCK, recibiendo la harina de maíz que necesitaban para hacer tortillas y comprometiéndose a precios específicos y razonables para las tortillas terminadas. Este programa ayuda a que las tiendas locales sigan haciendo tortillas para sus comunidades, fortaleciendo la economía local y asegurando que las familias que necesitan tortillas las obtengan a un precio asequible. A través de asociaciones como esta, estamos asegurando que las comunidades estén protegidas de la pronunciada inflación que suele ocurrir después de un desastre.
Tortillería La Rosita
En Acapulco, formamos la misma asociación con Jesús y Alan, el equipo de padre e hijo que dirige la Tortillería La Rosita. Incluso en el clima cálido y húmedo, su equipo está trabajando duro para hacer tortillas frescas para las familias de la zona. Nos dijeron a nuestro equipo que estaban agradecidos por el apoyo de WCK para obtener la harina que necesitaban y permitirles pasar los ahorros a las personas que necesitaban tortillas para alimentar a sus familias. Con la ayuda de WCK, pudieron permanecer abiertos para los negocios y servir a sus vecinos y amigos pequeñas dosis de consuelo.
Reparación de un puente
El huracán Otis dañó el único puente que ingresaba a Barrio Nuevo Las Lajas, aislando la comunidad. Los equipos de WCK cruzaban el río a diario, caminando a través de aguas hasta la cintura para llegar al pueblo y entregar comidas. Después de conocer a algunos trabajadores de la construcción locales, nuestro equipo llegó un día al río no solo con comidas para entregar, sino también con equipo para reparar el puente. Tomó dos días, pero ayudamos a reparar el daño y hacer que el puente fuera utilizable para todos.
Recuperándose después de la tormenta
Samuel se ha unido al equipo de WCK en Acapulco como fotógrafo para documentar el trabajo que se está realizando y a las personas que conocemos. Originario de Colombia, ha vivido en Acapulco durante dos años y medio junto con su familia. Ha visto de primera mano la importancia del trabajo que WCK está haciendo para asociarse con las comunidades locales. “WCK brinda un apoyo importante a las tortillerías con el proyecto de harina de maíz”, dijo. “Ayudando de manera directa e indirecta a una economía estable para la gente de Acapulco. No hay trabajo. Y todos sabemos que esto sucede entre la baja oferta y la alta demanda.”
Samuel, su esposa y sus dos hijos estaban en su hogar en el octavo piso de un edificio en Acapulco cuando el huracán Otis golpeó. “Las vent