Alerta ambiental en Acapulco: Manglares en riesgo por urbanización y desastres naturales

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🌿 ¡Los manglares de Acapulco están en peligro! 🏝️💔 En los últimos 50 años, la ciudad ha perdido más del 50 % de estos ecosistemas vitales debido a la urbanización y desastres naturales como el huracán Otis.

La devastación de los manglares en Acapulco, Guerrero, ha alcanzado niveles críticos en los últimos años debido a la expansión urbana, el turismo descontrolado y el impacto de fenómenos meteorológicos como el huracán Otis en 2023. De acuerdo con un estudio reciente, la ciudad ha perdido cerca del 52 % de su cobertura de manglares desde 1979, lo que pone en peligro no solo el equilibrio ecológico, sino también la protección natural contra huracanes y el sustento de miles de personas que dependen de estos ecosistemas.

Manglares en declive: una crisis ambiental en números

La Laguna Negra de Puerto Marqués y la Laguna de Tres Palos son dos de los cuerpos lagunares más afectados en Acapulco. En los últimos 50 años, la primera ha reducido su extensión de manglares en un 60 %, pasando de 195 hectáreas en 1970 a solo 73 en 2020. Tras el paso de Otis, la cobertura vegetal prácticamente desapareció en muchas áreas, lo que aceleró su deterioro.

En el caso de la Laguna de Tres Palos, la situación es igualmente preocupante. Este cuerpo lagunar, el más grande de Acapulco, ha perdido el 30 % de sus manglares desde 1970, debido a la contaminación, la construcción de caminos y la conversión de terrenos en zonas agrícolas. A esto se suma la disminución de especies de fauna acuática como el cocodrilo de río (Crocodylus acutus), tortugas dulceacuícolas y aves migratorias, lo que impacta directamente a las cooperativas pesqueras locales.

A nivel estatal, Guerrero es una de las entidades con mayor pérdida de manglares en México. En 1979, contaba con más de 16 mil hectáreas de estos ecosistemas, pero hoy en día ha perdido más de la mitad. Si esta tendencia continúa, los expertos advierten que en menos de 30 años podrían desaparecer casi por completo.

Impacto socioeconómico y ambiental

Los manglares son una barrera natural crucial contra huracanes y tormentas. Según un estudio del Instituto Scripps de Oceanografía, si Acapulco hubiera mantenido la densidad de manglares de 1980, el impacto del huracán Otis en 2023 habría sido significativamente menor, ya que estos ecosistemas pueden reducir la fuerza de los vientos y las marejadas ciclónicas.

Además, su desaparición tiene efectos devastadores en la economía local. En la Laguna Negra de Puerto Marqués, la falta de manglares ha dejado sin empleo a decenas de lancheros que ofrecían recorridos ecoturísticos, mientras que en la Laguna de Tres Palos, los pescadores ribereños han visto reducida su captura de especies comerciales.

El investigador Benjamín Castillo Elías señala que “la pérdida de estos ecosistemas no solo pone en riesgo la biodiversidad, sino que también afecta la calidad de vida de las comunidades locales, aumentando su vulnerabilidad ante fenómenos naturales y crisis económicas.”

¿Hay esperanza para los manglares de Acapulco?

Ante esta crisis, México se ha sumado a la iniciativa Mangrove Breakthrough, impulsada por la Alianza Global de Manglares, con el objetivo de restaurar al menos el 30 % de estos ecosistemas para 2030. En Acapulco, científicos y comunidades han comenzado trabajos de saneamiento en la Laguna de Tres Palos, pero los expertos advierten que sin una intervención a gran escala, la recuperación natural será insuficiente.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha anunciado planes para restaurar al menos el 5 % de los manglares deteriorados en el país este 2025, con Guerrero como una de las entidades prioritarias. Sin embargo, se necesita una inversión significativa y la colaboración de todos los sectores para revertir décadas de daño.

La conservación de los manglares es una tarea urgente y colectiva. Sin acciones concretas, Acapulco no solo perderá uno de sus ecosistemas más valiosos, sino también una protección natural clave ante los cada vez más frecuentes desastres climáticos.

Lee la publicación completa de Gonzalo Ortuño López en su espacio original en Mongabay

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