El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha detectado zonas de alto contenido de calor oceánico frente a las costas de Guerrero, Michoacán y Jalisco, así como en el Mar Caribe, las cuales podrían favorecer la rápida intensificación de ciclones tropicales, como ocurrió con el devastador huracán Otis en 2023.
El titular del SMN, Fabián Vázquez Romaña, explicó que estas zonas, conocidas como “albercas de calor”, no solo presentan altas temperaturas en la superficie del mar —mayores a los 26°C— sino también en profundidad, lo que proporciona una enorme reserva de energía capaz de potenciar tormentas tropicales a huracanes de gran intensidad si las condiciones atmosféricas lo permiten.
“Son zonas muy cercanas a nuestras costas, y si un ciclón pasa por ahí y la atmósfera es favorable, podría intensificarse rápidamente”, advirtió el meteorólogo.
Aunque estas albercas no garantizan por sí solas el desarrollo de ciclones destructivos, sí aumentan significativamente el riesgo. Casos recientes como los huracanes Otis, Jhon y Beryl ilustran este fenómeno.
Vázquez también confirmó que México enfrenta una mayor tasa de calentamiento que el promedio global. En 2024, la temperatura en el país fue 1.9°C superior al promedio preindustrial, comparado con el aumento global de 1.5°C. Esto refuerza las advertencias del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, que destaca un calentamiento de 3.2°C por siglo en México, frente a los 2°C que se proyectan a nivel mundial.
“El año pasado tuvimos ondas de calor muy extensas y muchas jornadas de temperaturas extremas. Eso tuvo consecuencias directas en la salud, el ambiente y la formación de ciclones”, apuntó.
El SMN continuará con una vigilancia reforzada sobre estas zonas críticas, ante el inicio formal de la temporada de huracanes en el Pacífico y el Atlántico.