La Arquidiócesis Primada de México manifestó su rechazo a la iniciativa de ley que busca legalizar la eutanasia y el suicidio asistido en el país, asegurando que estas prácticas no equivalen al “bien morir” y que representan una renuncia al deber del Estado de proteger la vida.
En su editorial publicado en el semanario Desde la Fe, la Iglesia católica calificó como “un error mayúsculo” considerar que la vida que enfrenta dolor o sufrimiento es indigna, y tildó de “espeluznante” ofrecer la muerte como salida ante enfermedades terminales. “Implica derrotarnos en las posibilidades de ofrecer alivio, acompañamiento y consuelo, a pesar de los avances de la ciencia”, señaló.
La publicación recordó que tanto la Asociación Médica Mundial como el Consejo Europeo se oponen a la eutanasia y al suicidio asistido, al sostener que la dignidad humana no desaparece con el dolor o el sufrimiento. El texto enfatizó que el “bien morir” significa “vivir los últimos momentos con todas las atenciones físicas, emocionales y espirituales”, no provocar la muerte sin dolor.
El editorial argumenta que los cuidados paliativos son una alternativa ética y humana, que permiten a las personas morir acompañadas y de manera natural. También afirmó que en los países donde la eutanasia es legal, las solicitudes han disminuido conforme se amplía el acceso a tratamientos paliativos.
“Querer reducir los gastos de atención médica ofreciendo la eutanasia es inhumano y es símbolo de un Estado claudicante a su deber”, subraya el texto.
La iniciativa de ley fue presentada por Samantha Martínez, una joven de 30 años que padece una enfermedad autoinmune e insuficiencia renal crónica. En su exposición, Martínez señaló que no desea morir, pero sí “tener la posibilidad de decidir” cuándo hacerlo.
La Iglesia cuestionó además el mecanismo propuesto en la iniciativa, que plantea la intervención de notarios públicos para certificar la validez de la solicitud de los pacientes, preguntando si estos también podrían ejercer el derecho a la objeción de conciencia.
Finalmente, la Arquidiócesis sostuvo que, aunque México es un Estado laico, los argumentos contra la eutanasia no son de fe, sino de orden antropológico, médico, ético y jurídico, y reiteró su defensa de la vida “en todas sus etapas y condiciones”.