Con más de 670 millones de vistas en TikTok en 2024 y la supuesta aprobación de celebridades como Meghan Markle o Jennifer Aniston, la ashwagandha ha resurgido como una tendencia global. Pero esta hierba, usada desde hace más de 2 mil años en la medicina ayurvédica, conlleva beneficios y riesgos que es importante conocer.
Entre sus principales cualidades destacan su efecto como adaptógeno, es decir, su capacidad para reducir el estrés y la ansiedad regulando el cortisol. También puede mejorar el sueño, aumentar la fuerza física, elevar la testosterona y mejorar la fertilidad masculina. Además, se ha asociado con beneficios cognitivos, antiinflamatorios y de control de glucosa.
Sin embargo, los estudios son en su mayoría de corto plazo, y los efectos secundarios o contraindicaciones no son menores: puede provocar malestares estomacales, alterar hormonas tiroideas, agravar enfermedades autoinmunes y afectar el hígado. También puede interactuar con medicamentos como sedantes, inmunosupresores o tratamientos hormonales, por lo que su consumo debe ser supervisado por un profesional de la salud.
No es recomendable para personas con cáncer de próstata sensible a testosterona, mujeres embarazadas o en lactancia.