El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) confirmó 78 nuevos casos de tos ferina en México durante la última semana, elevando a 288 el total de infecciones registradas en 2025. La cifra se acerca al total de casos reportados en todo 2024, lo que ha llevado a las autoridades de salud a reforzar la vigilancia epidemiológica.
El brote afecta a casi toda la República Mexicana, con solo seis estados sin registros de incidencia. La Ciudad de México encabeza la lista de contagios con 46 casos, seguida de Nuevo León (34), Chihuahua (24), Estado de México (23) y Aguascalientes (21).
La Dirección General de Epidemiología emitió una alerta epidemiológica ante el incremento de casos, recomendando fortalecer la vigilancia y evaluar el impacto de la estrategia de vacunación. La enfermedad ha cobrado la vida de un bebé de mes y medio en Nuevo León, lo que ha generado preocupación en la comunidad médica.
Especialistas en salud pública advierten que los brotes de tos ferina suelen presentarse de manera cíclica cada tres a cinco años. La disminución en la cobertura de vacunación y la baja exposición a bacterias tras periodos de aislamiento social podrían estar contribuyendo al repunte de casos, señala Víctor Gómez, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La tos ferina es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Puede afectar a cualquier persona, pero es más peligrosa en niños menores de un año. Los síntomas iniciales incluyen congestión nasal, fiebre y tos leve, pero después de dos semanas la enfermedad se agrava con episodios de tos intensa y dificultad para respirar. En casos graves, puede derivar en neumonía, convulsiones e incluso muerte.
La principal medida de prevención es la vacunación. En México, la vacuna pentavalente acelular protege contra la tos ferina y se administra en cuatro dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses. También se recomienda la aplicación de la vacuna Tdap en mujeres embarazadas entre las semanas 27 y 36 de gestación para proteger a los recién nacidos.
Además, se recomienda lavarse las manos con frecuencia, evitar tocarse el rostro, desinfectar superficies de uso común y cubrirse la boca al toser o estornudar. Ante la presencia de síntomas, se aconseja acudir al médico y evitar el contacto con otras personas para reducir la propagación del virus.
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