El expresidente de Siria, Bashar al Asad, reapareció públicamente tras ser derrocado, asegurando que su evacuación no fue planificada ni ocurrió durante las últimas horas de la batalla por Damasco. En un comunicado difundido en Telegram, Al Asad reveló que Rusia solicitó su salida inmediata tras un ataque a una base militar.
“No fue una huida premeditada”, declaró, desmintiendo rumores sobre su abandono durante la caída de la capital. Además, calificó la situación actual de Siria como un país “en manos de terroristas”, luego de que una coalición insurgente liderada por grupos islamistas consolidara el control sobre Damasco.
La intervención de Rusia, uno de los aliados más cercanos del régimen, sigue siendo clave en el desenlace del conflicto, que ha devastado al país desde 2011 y cuyo último giro marca el fin del gobierno de Al Asad.