En una noche del sureste de Tasmania, el fotógrafo Benjamin Alldridge logró un registro histórico: captó por primera vez en su hábitat natural a un quol oriental (Dasyurus viverrinus) mostrando biofluorescencia. Este pequeño marsupial carnívoro, emparentado con el demonio de Tasmania y hoy casi extinto en el continente australiano, brilló bajo luz ultravioleta, revelando un fenómeno nunca antes documentado en la especie en estado salvaje.
La biofluorescencia, presente en algunos animales, ocurre cuando absorben luz y la reemiten a una longitud de onda visible. Aunque se ha documentado en especies como wombats, armadillos y aves, el caso del quol oriental es inédito. Aún se desconoce su función, aunque se barajan hipótesis como comunicación, identificación o camuflaje nocturno.
El hallazgo, registrado sin luz artificial visible, también plantea preguntas sobre el impacto de la contaminación lumínica en la fauna nocturna. Para Alldridge, más que una hazaña fotográfica, fue un llamado a respetar la oscuridad y a comprender los misterios de la vida silvestre nocturna.