La empresa china BYD, uno de los mayores fabricantes de autos eléctricos del mundo, enfrenta un retraso en la aprobación de su proyecto para instalar una planta en México, lo que podría complicar su estrategia de expansión hacia el mercado norteamericano.
El retraso coincide con un contexto de tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, donde Washington ha impuesto restricciones a la exportación de tecnología a empresas chinas. BYD busca aprovechar la cercanía geográfica de México con EE.UU. y los beneficios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para fortalecer su presencia regional.
Mientras tanto, BYD presentó una innovadora plataforma de 1,000 voltios que permite cargar vehículos eléctricos al mismo ritmo que un surtidor de gasolina. Según su fundador, Wang Chuanfu, estos autos podrían recorrer hasta 400 kilómetros con solo cinco minutos de carga, gracias a una potencia de carga máxima de 1,000 kilovatios.
Hasta el momento, ni BYD ni el gobierno chino han emitido declaraciones sobre las causas del retraso.