El Gobierno de China intensificó su ofensiva discursiva sobre los orígenes de la pandemia de Covid-19 al publicar un nuevo libro blanco en el que señala a Estados Unidos como un posible punto de origen del virus SARS-CoV-2, y acusa a Washington de politizar el tema para desviar la atención internacional.
El documento, presentado por el Consejo de Estado y difundido a través de medios estatales, defiende la cooperación de China con la Organización Mundial de la Salud (OMS), y califica a EE.UU. como “un eslabón débil en la gobernanza sanitaria global”.
Acusaciones cruzadas sobre el origen
Aunque Wuhan fue el epicentro del primer brote conocido de la pandemia, el informe sostiene que existen “múltiples indicios” que apuntan a que el virus pudo haber circulado antes en territorio estadounidense. Entre las señales citadas, destacan:
- Casos de enfermedades respiratorias atípicas en EE.UU. durante 2019.
- Brotes de afecciones pulmonares relacionadas con el vapeo.
- Reportes de incidentes en laboratorios estadounidenses entre 2006 y 2020.
- Estudios serológicos que indicarían exposición previa al virus en poblaciones estadounidenses.
El texto exhorta a Washington a permitir investigaciones profundas y transparentes sobre su propio manejo del virus y la posible circulación previa al brote en Wuhan.
Choque diplomático renovado
Esta declaración llega en un contexto de creciente tensión entre ambos países, exacerbada por la nueva guerra comercial impulsada por Donald Trump desde su regreso a la presidencia de EE.UU., así como por las recientes fricciones en foros internacionales.
La OMS, por su parte, ha reiterado su petición a China para que comparta más datos y permita el acceso a información clave sobre los primeros casos en Wuhan. En su posición oficial, el organismo mantiene abiertas todas las hipótesis, incluida una posible fuga de laboratorio, aunque señala que la transmisión zoonótica sigue siendo la teoría más probable.
¿Reacción política o respaldo científico?
Mientras la comunidad científica sigue debatiendo las distintas versiones, el informe chino se presenta también como una respuesta política al estigma y presión internacional que ha enfrentado el país desde 2020.
“Estados Unidos debe responder de manera responsable a estas preocupaciones razonables”, concluye el documento oficial, al tiempo que acusa a la Casa Blanca de haber usado la pandemia como arma geopolítica para debilitar la imagen de China en el mundo.