Los gobiernos de China y Estados Unidos confirmaron que iniciarán negociaciones comerciales este fin de semana en Suiza, en un intento por desescalar la creciente tensión arancelaria que ha impactado al comercio global y a ambos mercados internos.
Desde que Donald Trump regresó a la presidencia en enero, su administración impuso nuevos aranceles de hasta 145% sobre productos chinos, lo que llevó a China a responder con tarifas del 125% sobre importaciones estadounidenses. Sin embargo, ambas potencias han aceptado sentarse a dialogar.
Las reuniones serán encabezadas por Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE.UU., y He Lifeng, viceprimer ministro chino. Según Bessent, el objetivo inicial es “preparar el terreno para una desescalada”, más que alcanzar un gran acuerdo comercial inmediato.
Desde Pekín, el Ministerio de Comercio afirmó que asisten a la mesa de negociación “atendiendo los llamados de la industria y los consumidores estadounidenses”, aunque advirtió que no cederán en su “posición de principios” ni aceptarán chantajes.
Además del frente comercial, China anunció medidas económicas internas para contrarrestar los efectos de la guerra arancelaria, entre ellas una baja en la tasa de reserva bancaria, reducción de tasas hipotecarias y estímulos al crédito.