El Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que autoriza a las autoridades migratorias a detener a inmigrantes indocumentados por delitos menores, como robos en tiendas. La medida, impulsada por el congresista republicano Mike Collins, ha generado críticas por sus implicaciones en derechos humanos y el debido proceso.
La normativa, conocida como “Ley Laken Riley” en honor a una estudiante de Georgia asesinada en 2024, recibió 262 votos a favor en la Cámara de Representantes, incluidos 46 de legisladores demócratas, y fue firmada por el presidente Donald Trump en el inicio de su segundo mandato.
Además de autorizar arrestos por delitos menores, la ley otorga nuevas facultades a los fiscales estatales para intervenir en decisiones migratorias del Gobierno federal y permite presionar al Departamento de Estado para limitar visas a países que no acepten deportaciones.
Activistas y expertos han señalado que esta medida podría abrir la puerta a deportaciones masivas y que su implementación requeriría un gasto adicional de 3.000 millones de dólares y un aumento en la capacidad de detención de migrantes a más de 60.000 camas.