Un nuevo estudio reveló que la acumulación de agua en miles de presas construidas desde 1835 ha desplazado casi un metro el eje de rotación de la Tierra. El análisis, publicado en Geophysical Research Letters, examinó 6,862 embalses cuya masa equivale al doble del volumen del Gran Cañón.
Al mover tanta agua de los océanos hacia el interior del planeta, la distribución de la masa cambia, alterando ligeramente la rotación terrestre. Entre 1835 y 1954, el polo se desplazó 20.5 cm hacia Asia, y entre 1954 y 2011 otros 57 cm hacia América.
Aunque estos cambios no representan un riesgo directo, sí pueden influir en el nivel del mar y reflejan el fuerte impacto humano en la geología global.
Los expertos advierten que entender estos efectos es clave para anticipar futuras alteraciones en el clima y el comportamiento terrestre.