En México, el uso de la psilocibina, una sustancia prohibida por la Ley General de Salud, ha ganado popularidad como tratamiento alternativo para la depresión y la ansiedad. Aunque se considera que tiene “nulo valor terapéutico,” la comunidad científica mexicana ha comenzado a investigar sus posibles beneficios.
Pacientes como Iraís Morato han reportado mejoras significativas en su bienestar mental tras consumir microdosis de psilocibina, que, según expertos, no provocan efectos alucinógenos. Eros Quintero, cofundador de la Sociedad Mexicana de la Psilocibina, señala que el uso controlado de estos hongos podría ser clave para evitar problemas asociados con su consumo.
Investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría han iniciado estudios preliminares con ratones, observando una reducción en los síntomas de depresión y ansiedad. Sin embargo, se necesitan más pruebas en humanos para validar estos hallazgos y avanzar hacia su posible uso terapéutico.
En el Senado Mexicano existe una propuesta de reforma a la Ley General de Salud para fomentar la investigación sobre el uso médico de la psilocibina, se espera que la próxima asamblea retome esta iniciativa, subrayando la necesidad de regulación y control de la sustancia para evitar su uso problemático.
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