En solo una semana, la aplicación de inteligencia artificial DeepSeek, desarrollada en China, ha sido bloqueada en cuatro continentes por gobiernos que la consideran un riesgo de seguridad. La prohibición se extiende a funcionarios y dispositivos oficiales en países de Asia, Europa, América y Oceanía, debido a preocupaciones sobre el manejo de datos y posibles vínculos con el Gobierno chino.
El Congreso de EE.UU. tomó una de las medidas más drásticas, prohibiendo la instalación de DeepSeek en dispositivos gubernamentales tras advertencias sobre su posible uso para difundir software malicioso. Italia y Países Bajos también ordenaron su bloqueo inmediato, mientras que Irlanda abrió una investigación sobre su tratamiento de datos privados.
En Asia y Oceanía, Taiwán, Australia y Corea del Sur restringieron su uso en oficinas gubernamentales, temiendo que la información sensible compartida por los usuarios pueda ser almacenada en China.
El modelo DeepSeek R1 sorprendió al mundo al superar a ChatGPT en descargas gracias a su modelo de código abierto y costos hasta un 95% menores. Sin embargo, también generó controversia por sospechas de que pudo haber usado tecnología patentada en EE.UU. para su desarrollo.
A medida que crece la desconfianza internacional, el futuro de DeepSeek parece cada vez más incierto fuera de China.