Un estudio reciente publicado en iScience reveló que delfines nariz de botella del Golfo de México han sido expuestos al opioide fentanilo, además de otras sustancias como carisoprodol y meprobamato. Este hallazgo preocupa a expertos, quienes consideran a los delfines bioindicadores clave de la salud de los ecosistemas marinos.
¿Cómo llegaron estas sustancias al océano?
Los investigadores de la Universidad de Texas A&M y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica analizaron muestras de grasa de 89 delfines, de los cuales seis estaban muertos. Las toxinas probablemente ingresaron al mar por vertidos de residuos humanos y actividades ilegales, como el tráfico de drogas. Estas sustancias se acumulan en los tejidos de los delfines debido a su grasa rica en lípidos.
Desde 2013, estudios han documentado la presencia de contaminantes farmacéuticos en diversas especies marinas, y este fenómeno sigue en aumento.
Una doble amenaza ambiental
El estudio también reveló que las concentraciones de fármacos son más altas en zonas afectadas por derrames de petróleo, tráfico de embarcaciones y floraciones de algas tóxicas. Esto representa un doble riesgo para los delfines y otros organismos marinos, poniendo en evidencia la creciente presión sobre los ecosistemas.
Los expertos subrayan la necesidad de implementar evaluaciones más exhaustivas y sistemas de monitoreo continuo para abordar este problema.
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