El hallazgo de una peculiar roca oscura con forma de calavera en la superficie de Marte ha desatado el interés de la comunidad científica internacional. Detectada por el róver Perseverance de la NASA el pasado 11 de abril, la formación, apodada “Skull Hill” (Colina de la Calavera), se encuentra en una región conocida como “Puerto Anson”, al borde del cráter Jezero.
El descubrimiento ocurrió mientras el róver descendía la zona denominada “Witch Hazel Hill”, un terreno cubierto mayoritariamente por rocas claras. Sin embargo, “Skull Hill” resalta por su color oscuro, textura rugosa y múltiples hoyos, generando especulaciones sobre su origen.
¿Meteorito, roca volcánica o testigo de antiguos ríos marcianos?
Inicialmente, el aspecto de la roca recordó a los meteoritos hallados por el róver Curiosity en otras misiones, pero el análisis químico con el instrumento SuperCam descartó esa posibilidad: carece de los niveles esperados de hierro y níquel característicos de meteoritos.
Otra hipótesis sugiere que podría tratarse de una roca volcánica. Su color oscuro podría estar asociado con minerales como olivino, anfíbol o piroxeno, y su forma angulosa sería producto de procesos de erosión o de su transporte desde otra región marciana. En la Tierra, formaciones similares ocurren tras erupciones volcánicas o impactos que exponen capas internas del suelo.
“Las rocas flotantes como esta son cápsulas del tiempo que nos cuentan sobre un Marte más cálido, con ríos y lagos activos”, indicaron los científicos de la misión.
Textura enigmática: ¿erosión o vestigios de agua?
Los numerosos hoyos en su superficie también intrigan a los expertos. Se cree que podrían haberse formado por la erosión de pequeños fragmentos, o bien por la abrasión constante del viento marciano, que actúa como una lija natural a lo largo de milenios.
Marte, tierra de enigmas geológicos
Este hallazgo se suma al reciente descubrimiento de otra formación inusual en la misma zona, conocida como “Bahía de San Pablo”, donde Perseverance identificó rocas con esferas grises incrustadas, similares a los “arándanos marcianos” que el róver Opportunity descubrió en 2004. Estas formaciones podrían estar relacionadas con procesos geológicos antiguos, desde actividad hidrotermal hasta impactos cósmicos.
Perseverance rompe récords científicos
En sus últimos meses, el róver Perseverance ha intensificado su recolección de datos. Solo en este período ha recogido cinco muestras, analizado siete rocas en detalle y escaneado 83 más con láser, siendo este su ritmo más acelerado desde su llegada en 2021.
“El cráter Jezero no deja de sorprendernos. Witch Hazel Hill ha sido una mina de oro científica”, afirmó Katie Morgan, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL).
El reto de traer muestras a la Tierra
Aunque Perseverance continúa recolectando materiales clave, el plan para retornar estas muestras enfrenta retos financieros y logísticos. Sin embargo, los científicos confían en que estos fragmentos puedan, algún día, revelar si Marte albergó vida microbiana en el pasado.
Por ahora, la colina de la calavera sigue observando silenciosa desde la superficie marciana, recordándonos cuánto nos queda por descubrir del planeta rojo.