Millones enfrentan temperaturas extremas bajo un “domo de calor” que abarca desde México hasta Europa, dejando a su paso incendios, emergencias médicas y ciudades paralizadas. En México, el SMN alertó de hasta 45 °C en el norte del país, mientras que en Grecia, Turquía y España se han registrado incendios forestales y suspensión de clases. En Francia, incluso la Torre Eiffel ha cerrado sus puertas.
Este fenómeno ocurre cuando una alta presión atmosférica se instala por días o semanas, atrapando el aire caliente sin dejarlo escapar. La combinación del cambio climático, el derretimiento del Ártico y alteraciones en la corriente en chorro están haciendo más frecuentes e intensos estos eventos.
Los efectos no solo son incómodos, sino potencialmente mortales. La falta de evaporación del sudor bajo alta humedad impide que el cuerpo se enfríe, generando deshidratación, golpes de calor o incluso la muerte, especialmente entre personas mayores, niños o quienes trabajan al sol.
Especialistas advierten que lo que vivimos este verano puede volverse cada vez más común, por lo que es vital seguir recomendaciones como hidratarse, evitar exponerse al sol y cuidar a personas vulnerables.