En un movimiento calificado como récord, el gobierno de Estados Unidos deportó a cientos de migrantes en un solo día mediante seis vuelos: cuatro dirigidos a México y dos a Guatemala. Según la Casa Blanca, estas acciones refuerzan la política migratoria de deportaciones masivas y el restablecimiento de medidas como “Quédate en México”.
La portavoz Karolina Leawitt detalló que cerca de 2,000 mexicanos fueron retornados por aire y tierra, sumándose a las expulsiones en puntos fronterizos terrestres. Este endurecimiento en la política migratoria llega en un contexto de tensiones bilaterales marcadas por declaraciones de Trump y nuevas medidas, como la militarización de la frontera y el aumento de aranceles para México.
Por su parte, el gobierno mexicano, encabezado por Claudia Sheinbaum, implementó el plan “México te abraza” para recibir y apoyar a los repatriados. Las autoridades han instalado campamentos temporales, como el de Ciudad Juárez, para atender a quienes regresan al país. Además, destacaron que mantienen una “muy buena relación” con Washington, pese al impacto de estas deportaciones.
Organizaciones civiles y analistas han criticado la respuesta del gobierno mexicano, calificándola de insuficiente frente a las medidas agresivas de Trump. Pablo Cícero, analista político, señaló como preocupante el cierre de oficinas de apoyo a migrantes en Estados Unidos, como la de la comunidad yucateca en San Francisco.
Las deportaciones masivas y la intensificación de las políticas migratorias estadounidenses continúan marcando desafíos tanto para México como para los migrantes afectados.